Estaba en un lugar muy grande, pero estaba completamente sola. Algo allí se me hacía conocido. Entonces lo supe: era la playa de mis recuerdos de la infancia. Al mirar vi a una persona a mi lado, juraría que un segundo antes no estaba.
— ¿Todavía me recuerdas?— Su voz era tan suave, la reconocí como si la conociera de toda la vida. Así era. Aunque había cambiado, seguía siendo la misma.
— No te he olvidado. Pero… ¿Qué haces aquí?— Estaba desconcertada. Pero al verlo más de cerca, mi preocupación se esfumó.
— Quería pedirte al